jueves, 6 de noviembre de 2014

Bélgica, día 2: Gante

Después del completo día que tuvimos ayer, nos despertamos cansados pero con muchas ganas de visitar una nueva ciudad. Hoy toca Gante.


Habíamos reservado con Buendía tours tanto la visita de hoy como la del próximo día de Brujas.
También ofertan el pack Gante-Brujas en un mismo día pero vale más la pena ver cada ciudad en días separados, ya que son preciosas y hay mucho que ver.
El precio de la excursión a Gante es de 37 €/persona, transporte en autobus, plano de la ciudad y visita guiada en español incluidos. La otra alternativa que es ir por tu cuenta en tren cuesta lo mismo prácticamente, unos 35 €/persona ida y vuelta (más el tranvía que tienes que tomar hasta el centro de la ciudad), así que merece la pena escoger el tour.
La salida es a las 8,30 en la Estación Central, y sobre las 18:00 ya estás en Bruselas de nuevo.



El recorrido empieza en la Plaza Kouter. Nos proporcionan unas guías y emprendemos a pie el tour.


Después de pasear a través del mercado de flores que ponen todos los Domingos, nos vamos al primer punto de interés importante: El Castillo de Gerardo El Diablo.
Este castillo del siglo XIII ha tenido varios usos: residencia real, monasterio, cárcel, escuela, seminario, orfanato,etc. Está situado en un entorno mágico junto al río Escalda pero, a pesar de ello, es el menos conocido de los dos castillos de Gante.
Si queréis visitarlo, la entrada es gratuita pero solo abre al público los Lunes y Martes.


A continuación nos encontramos con la Catedral de San Bavón.
La catedral es conocida principalmente por albergar el retablo de "La Adoración del Cordero Místico", un gigante políptico (350 cm × 223 cm) realizado por los hermanos Van Eyck y considerado como la gran obra maestra de la pintura flamenca. Tiene la peculiaridad de ser la obra de arte más robada de la historia, con 13 robos, habiendo estado en varios países y en manos, entre otros, de Napoléon y Hitler.
El precio para verlo es de 8/persona. También hay una réplica de menor tamaño en la capilla Virjd, detrás del altar mayor, que puedes ver de forma gratuita y fotografiar.





Seguimos nuestra ruta y llegamos hasta una amplia plaza donde se encuentra el Campanario Belfort. Esta torre del siglo XIV es un monumento declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Su altura es de 91 metros y está coronado por la veleta de un dragón dorado de 400 kilos. Está abierto 8 meses al año (del 15 de marzo al 15 de noviembre), todos los días de la semana y el precio es de 6/persona.


Seguimos andando y nos encontramos la Iglesia de San Nicolás, una bella iglesia gótica del siglo XIII, y la Casa Gremial de los Albañiles, del siglo XVI, cuya fachada escalonada y sus 6 bufones estuvieron ocultos a la vista hasta 1976.



Y por fin llegamos al punto de encuentro más concurrido y más bonito de Gante: El Muelle de las hierbas (Graslei) y el Muelle de los granos (Korenlei). Se trata de un pequeño puerto medieval a orillas del río Lys, rodeado de bellísimos edificios históricos cada uno de los cuales se dedicaba a un gremio en particular: la casa de los medidores de granos, la de los recaudadores de impuestos, la del almacén de trigo, etc.


Una de las mejores vistas de los muelles se puede disfrutar desde el Puente de San Miguel.


Después continuamos viendo la Iglesia de San Miguel, una iglesia gótica del sXV con una torre inacabada de 24 metros de altura (en vez de los 134 que contemplaba su diseño), y el Cañón Dulle Griet o Margarita La Loca, un cañon medieval también del sXV de hierro forjado que pesa unos 12500 kg y soporta proyectiles de hasta 295 kg. Es uno de los iconos de la ciudad de Gante y, curiosamente, nunca ha sido disparado. Su boca ha sido sellada en la actualidad para evitar su uso como papelera o como dormitorio de indigentes.



Muy cerca nos encontramos la Plaza del Viernes o Vrijdamarkt, donde se encuentra una de las cervecerías más curiosas de Gante: La Cervecería Dulle Griet. Esta cervecería no es famosa por tener una carta de 250 cervezas sino por lo que sucede cuanto te pides la cerveza Kwak, que se sirve en una especie de cubeta alargada de más de un litro de capacidad: tienes que dejar tu zapato como fianza y el camarero lo pone en una cesta que sube hasta el techo (tocando una campana a modo de señal), de modo que hasta que no devuelves el vaso no te devuelven el zapato!


es un súper cañón medieval de hierro forjado que actualmente pesa unos 12250 kg (pues con el proceso de oxidación ha perdido 250 kg que pesaba de más antiguamente) que soporta proyectiles de hasta 295 kg. - See more at: http://www.erasmusenflandes.com/gante/el-canon-dulle-griet/#sthash.B4sTvz3U.dpuf
El cañón Dulle Griet
El cañón Dulle Griet
El cañón Dulle GrietCervecería Dulle Griet. En el número 50 de céntrica plaza del mercado del viernes o Vrijdagmarkt se encuentra una de las cervecerías más curiosas de la ciudad de Gante, Dulle Griet. Que un local tenga más de 250 tipos cervezas no es algo demasiado curioso aquí en Bélgica, lo gracioso del asunto viene cuando te pides la cerveza Kwak, con más de 6 grados de alcohol y que se sirve en una especie de cubeta alargada de más de un litro de capacidad. Esta especialidad se llama ” Max van het huis ” o quítese el zapato, así que tienes que dejar tu zapato como fianza y el camarero lo pone en una cesta que sube hasta el techo y tocan una campana a modo de señal. Hasta que no devuelvas el vaso no te devuelven el zapato. Se ve que el alto precio del vaso era una pieza muy cotizada antiguamente y tomaron esta determinación hartos de perder su vaso estrella.

El último punto del itinerario es el Castillo de los Condes de Flandes o Castillo de Gravensteen, que consiste en una gran fortaleza medieval en muy buen estado de conservación situada en pleno centro de Gante. En la plaza situada en frente del castillo, donde antiguamente se realizaban ejecuciones públicas, hay unas farolas que se encienden cuando un nuevo niño nace en Gante, como homenaje a la vida. Precio de la visita: 8 €/persona.



No puedes marcharte de Gante sin probar los Cuberdons, el dulce típico de la ciudad.
También llamados "neuzen" (que significa narices) son bombones con forma cónica, elaborados de almíbar y goma arábica. Los originales son de violeta, pero actualmente hay de muchos sabores. Los mejores que probamos en toda nuestra estancia en Bélgica fueron los de este puestecito de Gante situado al lado del Castillo de los Condes de Flandes. Totalmente indispensable.



El trato de los guías, Nacho y Diego, es inmejorable. Son unas personas muy agradables, y te ayudan en todo lo que necesites, respondiendo a todas las preguntas y aconsejándote sitios donde comer, disfrutar de las mejores cervezas belgas o comprar souvenirs. A nosotros nos recomendaron un restaurante: Het Waterhuis aan de Bierkant, situado en Groentemarkt 9. Pedimos una cerveza trapense Orval y el plato típico de Gante: Waterzooi. Consiste en un guiso caldoso de verdura y pollo o pescado buenísimo. Te sirven una sopera gigante con la que dos personas comen sobradamente, y el precio es muy razonable. En total, bebida incluida, 12 €/persona.
guiso caldoso de verdura y pollo o pescado
guiso caldoso de verdura y pollo o pescado
guiso caldoso de verdura y pollo o pescado
guiso caldoso de verdura y pollo o pescado


Además también nos hacen una foto de grupo para inmortalizar la visita. Un bonito recuerdo.


Así se acaba nuestra visita a Gante. Volvemos al autobús y ponemos rumbo de vuelta a Bruselas, escuchando las historias y las anécdotas de nuestro guía-conductor.
Ha sido un día increíble y Gante nos ha encantado!



lunes, 29 de septiembre de 2014

Bélgica, día 1: Bruselas

Llegamos a Bruselas (Zaventem) tras dos horas y media de vuelo, y con unas ganas tremendas de emprender esta aventura a una de las ciudades más desconocidas y sorprendentes de Europa.
Bruselas tiene dos aeropuertos, Zaventem y Charleroi. Nosotros optamos por el primero ya que el de Charleroi se encuentra bastante más alejado y con peores conexiones con el centro de Bruselas y con otras ciudades de Bélgica. El vuelo nos salíó muy económico, solo 25 euros/trayecto. En total, ida y vuelta 50 €/persona.


Nos alojamos en el Hotel Astrid, en la zona de Ste Catherine, prácticamente en el corazón de Bruselas. Un hotel poco ostentoso pero muy limpio, a buen precio (20 €/persona/noche) y con muchos servicios cerca y paradas de metro a menos de 5 minutos. Como única nota negativa, no hay wifi en las habitaciones, pero te puedes bajar a la recepción y conectarte de forma gratuita.



Después de dejar los trastos comenzamos nuestra primera ruta por tierras belgas.
A traves de la Rue de l'Eveque llegamos a la primera parada, Place de la Monnaie, donde se encuentra el Teatro Real de la Moneda, una de las salas de ópera y ballet más bellas de Europa. En el exterior había una curiosa exposición sobre los icebergs, con un bonito juego de luces y sonidos que nos sorprendió.


Continuamos nuestra ruta hacia la parte más turística de Bruselas y nos encontramos con calles estrechas y adoquinadas repletas de restaurantes con un gran ambiente. En un callejón (Impasse de la Fidélité), escondida tras unas rejas se encuentra la versión femenina del conocido Manneken Pis: Jeanneke Pis.


En la misma calle, hay otro punto de visita obligatoria: el popular Délirium Café. Este curioso bar ostenta el record guinness de cervezas, y actualmente hay más de 2500 diferentes. Todos los días de la semana puedes degustar esta gran carta de cervezas hasta las 4 de la madrugada. A diferencia del concepto que tenemos en España de las ciudades extranjeras, Bruselas tiene muchísimo ambiente nocturno y puedes irte a tomar algo cualquier día, a cualquier hora.



Seguimos callejeando hasta las famosas Galerías Saint Hubert: Diseñadas en 1847, fueron las primeras galerías comerciales de Europa. Miden alrededor de 200 metros de largo, y están cubiertas por una enorme cúpula de cristal que deja pasar la luz pero no la lluvia.
Las Galerías están divididas en tres zonas: la Galería de la Reina, la Galería del Rey y la Galería de los Príncipes. Además, comunican prácticamente la zona del Teatro de la Monnaie con la Grand Place, creando una conexión entre la parte moderna y la parte histórica de Bruselas.

                                                                          



Tanto en Bruselas como en el resto de Bélgica hay 3 cosas que abundan: Las cervezas, el chocolate y los cómics. Las 3 "ces". Por todas partes te encuentras tiendecitas de chocolate como Godiva, Neuhaus o Leonidas y referencias a cómics como Tintín, Lucky Luck y Los Pitufos. Así que hay mucho por probar y por regalar a familiares y amigos. Eso sí, si quieres conseguir el mejor chocolate belga a buen precio hay un pequeño truco: al lado de la impresionante basílica de Koekelberg (Sacré-Coeur) en la Avenida de jette 4, se encuentra el outlet de Godiva, justo a la espalda de la fábrica del popular chocolate belga. Se trata de la venta de stock de sobreproducción o de chocolate con pequeños defectos. Sutilezas que nos permitirán adquirir chocolate de perfecta presentación y en perfecto estado, pero mucho más barato.
La parada de metro más cercana es Simonis y un dato importante es que cierran a las 6 y son bastante estrictos con el horario (Por experiencia propia, se suelen enfadar, y mucho, si llegas a las 5,45 jejeje).





Y por fin llegamos a nuestro destino turístico más importante del día: la Grand Place.
Se accede a través de cualquiera de las seis pequeñas calles laterales, y el impacto que produce al verla es una de las cosas más bonitas y que más vas a recordar en tu vida. Es una plaza majestuosa formada por el ayuntamiento y varias casas gremiales que tienen un encanto especial. Por la noche es uno de los mejores momentos para disfrutar de tan preciosa vista.



Después de recuperarnos del shock, nos vamos hasta el Palacio de la Bolsa, cuyas enormes escaleras son un punto típico de encuentro para turistas y residentes, y donde hemos quedado con unos amigos de Castellón, Pau y Marina, que llevan viviendo en Bruselas desde hace un tiempo.


Tenemos la gran suerte de contar con unos guías expertos, que nos van a llevar hoy y los próximos días a los mejores bares y restaurantes de Bruselas.

Primera parada, el Café des Halles, con una peculiar carta que llama mucho la atención. El lugar consiste en un moderno y amplio café, más parecido a un pub, donde un dj pincha música en directo y te puedes tomar unas cervezas en un ambiente muy agradable.
Por cierto, aquí es donde nos enteramos de un dato curioso: la mayoría de las cervezas de Bélgica se sirven en un vaso propio especialmente diseñado para consumirla, identificador de la cerveza con logotipo asociado. Además, son muy originales y diferentes entre sí, con formas específicas y variadas. Las diferentes formas se utilizan para mejorar el sabor y el aroma de la cerveza.
El más curioso sin duda es el de la cerveza Kwak,
el cual se acompaña de una estructura de madera, para mantenerlo erguido.


Despues de degustar unas cervezas típicas belgas (Rodenbach, Triple Karmeliet) nos vamos hasta uno de los mejores sitios para cenar de toda la ciudad: Fin de Siecle, en la Rue del Chartreux 9. Suele estar muy lleno, y por lo general hay que hacer una cola de al menos 20 minutos, pero la espera vale la pena. Además puedes pedirte una cerveza en la cola, para que se te haga más leve.
Probamos dos platos muy típicos belgas: la Carbonnade Flamande (estofado de carne) elaborada con cerveza trapense Chimay y las salchichas con puré de patata (Stoemp). Todo muy recomendable, tanto el lugar como ambos platos. Gran calidad por unos 15 €/persona.




Antes de irnos para el hotel aprovechamos para quedar con otra amiga que está en Bruselas viviendo, Anita, una chica majísima con la que quedaremos los próximos días y nos dará también buenas recomendaciones.
Así se acaba nuestro primer día en Bruselas! Mañana más!